Sodoma.
Media cerveza abierta y caliente
junto a cuatro latas vacías, olvidadas sobre la mesilla de noche de una casa
ajena, abierta hasta el amanecer, como las piernas de una puta que yace a su
lado… abajo la fiesta continúa tras catorce horas de divertimento
ininterrumpido a base de alcohol para superar la timidez, coca para derrotar el
agotamiento y cristal para sobreponerse al sexo sin condón anónimo… el lúpulo,
cereales y cebada se encuentran aposados en el fondo del metal con una capa
anaranjada de líquido sobre ella, derretida por quince minutos sin beber: los
suficientes para un polvo vacío, un polvo decepcionante, un polvo de orgasmo a
medias… un polvo perfecto… y a su lado está ella, con el pelo lleno de semen y
sangre –follaron con la regla: el mito asegura que te puedes correr dentro- y
su pene embadurnado por la misma viscosidad roja, aún dando cabezadas contra
los testículos… pero él no siente nada… a diferencia de ella, una Venus con
pelo de Medusa narcotizada, insensible por pastillas y polvos, él nunca ha
sentido nada, bueno nunca desde que partió los pinceles: derrotado por no
vender lo que pintaba, se decidió a pintar lo que vende… el resultado algunos
cientos de miles –de sobra para piso, coño y coche- a cambio de un alma que
lleva demasiado tiempo en el congelador… eyaculó sobre una de las caras más
bellas que ha poseído entre sus sábanas, pero esta tarde ni siquiera se
acordará del color de sus tetas: el apetito caprichoso solo puede ser satisfascido
con el alimento conreto.
Años, lustros, casi dos décadas sin
óleos, atriles ni pelos… ahora es la época bukowskiana de tontear con birra,
vino español y alegría colombiana… no es un intelectual –desprecia a los
imbéciles que se tragan “The Office” americana completa, no conocen la
británica, pero aseguran gustarle más por ser hipsters, progres… parásitos de la ignorancia impresionable de
lectores de Paulo Coelho como sucedáneo caducado de Séneca, Platón…-,no, él no
es un intelectual que busca mundos hiperrealistas con los estupefacientes: es
un hombre descorazonado de sí mismo que en jeringuillas, tubos y papelillos
busca revivir, despertar, sentir… pero todo falla… la heroína es un burro cojo…
las prostitutas de lujo son vírgenes del Opus… las películas de Buñuel, Walt
Disney en estado catatónico… nada se compara a la época del pintor –no del
comercial y del experto en marketing…
del PINTOR-,nada se iguala a la emoción de colocar pintura para arrancarle a la
tela blanca el dibujo que esconde… nada hay en el mundo que lo motive a vivir,
pero peor aún, nada existe que lo desmotive lo suficiente como para morir.
La chica comienza a sangrar por la
nariz.
Entra un tipo medio borracho, doble
encocado, que se para en el marco de la ventana y observa a la pareja: ambos
están boca-bajo. Se acerca… los huele… les aproxima la mano… se baja la bragueta
y elige al macho: hoy probó el absenta, ¿porqué no un culo sin agujero
delantero?
Comienza a penetrarlo, mientras el
antiguo pintor nota el bombeo del pene… no se resiste, no se defiende, aun
siendo capaz de reaccionar –años de golpes neuronales han desarrollado una capa
en su cerebro que lo mantiene consciente cuando otros ya estarían en coma-y se
deja dar por culo… no es gay, ninguno es gay: uno prueba, el otro se deja
probar.
Se corre dentro –al menos no
estropean su peinado- y sale del cuarto sin sonreír, llorar ni pensar… el
borracho continúa acostado al lado de la joven al tiempo que desde abajo suenan
unas torpes notas de Blues… la violación
consentida y el pentagrama deprimente le hacen sentir asco… contra nada ni
nadie en especial, solo asco… y sonríe: el asco es mejor que el vacío.
Quizás estar tarde comiences a
pintar…
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